Su cara esta sucia, gris. Su ropa le cuelga, le queda grande.
Su mirada que recorre el puente, la calle, la vereda, refleja su estado de alerta, su búsqueda constante de los peligros que lo aceleran.
Debe tener unos 11 años, o quizás más.
Tan súbitamente como apareció, desapareció. Se fue por las vías del tren.
Mercedes
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