martes, 23 de junio de 2009

Así opinamos

Opinión basada en la nota: "El calentamiento global nos aleja cada vez más de la vida" publicada en el Diario Clarín el 07/06/09

Calentamiento global

Los peligros para la civilización

Ampliación del efecto invernadero

Los países emergentes suman más del 40% de la población mundial.
Sus altas tasas de crecimiento sostenido elevan su consumo alimentario y energético con el consiguiente aumento de combustibles fósiles.
De seguir así, o bien sobra gente o faltan planetas para habitar.
Sigue el crecimiento demográfico y el desarrollo económico.
Pocos son los países con políticas de control demográfico y todos buscan desarrollo económico.
La contradicción es clara y se agudiza.
Las perspectivas poco alentadoras.
El futuro será que muchos vivan mal o que pocos vivan bien.




Opinión basada en la nota: "Viven en la calle y apuestan por la escuela" publicada en el Diario Clarín el 07/06/09

Alumnos sin techo

La escuela de la calle

Los chicos que viven en la calle, de entre 14 y 17 años y un número de 120 en total, estudian en el Centro Isauro Arancibia para completar la primaria.
Las clases son de 9 a 12 hs. de lunes a viernes, pero los horarios se flexibilizan debido a lo atípico de la población escolar.
Atípica fueron sus vidas: chicos criados en la escuela de la calle, huyendo de las condiciones horrendas de sus casas, hambrientos, estigmatizados.
Dormían en las estaciones de trenes, en los parques, incluso asumiendo roles de pibes-padres y soñando con decirle a sus iguales: "Si yo pude, ustedes también podrán salir de esto".
También aprendieron en su rodar que de la cárcel salían más resentidos aún, que bajar la imputabilidad no es la solución porque los pibes no van a dejar de robar por eso.
Dice uno de ellos: "Ahora mi padrastro me respeta".
Ya ganaron el mejor de los diplomas, ser respetados como seres humanos.
Una lección de vida que sólo se dicta en la escuela de la calle.

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